La Red Panatortugas esta conformada por 14 organizaciones de conservación de tortugas marinas panameñas, 6 en el Caribe y 8 en el Pacífico que trabajan en conjunto para la conservación de las tortugas marinas.
Cada organización protege y conserva sus propias playas de anidación y además promueven programas de educación ambiental en sus comunidades.
“La conservación es un estado de armonía entre hombre y tierra"
ALDO LEOPOLD
Tortugas marinas en Panamá
Panamá tiene un total de 2,490 kms de costas (1,267kms en el Caribe y 1,203 kms en el Pacífico), donde vienen a anidar cinco de las siete especies de tortugas marinas del mundo. Dos de estas cinco especies están en Peligro Crítico de Extinción (CR) Eretmochelys imbricata y Dermochelys coriácea y tres especies de estas en Peligro de extinción (EN (Caretta caretta, Lepidochelys olivácea, Chelonia mydas).
Panamá cuenta con dos de las once playas del mundo donde tiene lugar el fenómeno de "arribadas" (especie Lepidochely olivácea); esto sucede en Isla Cañas y playa Guánico (ambas playas en la provincia de Azuero).
Las nueve restantes playas de "arribadas" son: 2 en Costa Rica (Ostional y Nancite), 2 en México (La Escobilla y Ixtapilla), 2 en Nicaragua (Chacocente y La Flor), 3 en India (Gahirimatha, Devi River y Rushikula River).
La población de tortugas marinas en Panamá ha declinado drásticamente desde las últimas cinco décadas llevándolas a su límite de sobrevivencia: la recolección masiva de huevos, la captura de las tortugas en aguas costeras, la destrucción de su hábitat de anidación, la captura incidental por redes de pesca y fenónemos climáticos extremos han hecho que en Panamá su población recibida mucha presión ecológica no sostenible.
La visión gubernamental de promoción turística del país no contempla la sostenibilidad de los ecosistemas como tema prioritario, resultando así en planes débiles para el desarrollo marino costero, construcción no planificada de infraestructuras hoteleras y residenciales, un manejo deficiente de las descargas residuales y desechos sólidos al mar como también un cumplimiento selectivo e intermitente de las leyes y regulaciones de medio ambiente.
En este panorama, las comunidades, agrupaciones y organizaciones comprometidas son los mayores aliados para la conservación. Creemos que a través de la educación ambiental y el trabajo en Red a nivel nacional, regional e internacional es posible recuperar y conservar esta especie fuertemente amenazada.